El coaching ejecutivo es una herramienta muy valiosa para formar a los directivos desde una perspectiva integral y mejorar el rendimiento de la organización gracias a un liderazgo más eficaz.
El coaching ejecutivo ha llegado para quedarse. Desde que surgió en la década de 1980 ha ido ganando protagonismo en las organizaciones, pasando de ser una mera herramienta de gestión a convertirse en una opción de desarrollo profesional y empresarial. Según un informe del Lore International Institute, una empresa especializada en capacitación y formación profesional, actualmente el 80% de las compañías recurren al coaching ejecutivo.
El coaching ejecutivo es un entrenamiento para que los directivos desarrollen las habilidades y actitudes que necesitan para mejorar su actividad profesional, aunque también se persigue una transformación más integral a nivel personal. El coaching no solo potenciará sus competencias profesionales, sino que también ganará en autoconocimiento, autoconfianza, independencia y responsabilidad.
Este tipo de coaching persigue diferentes objetivos, aunque el 86% de las empresas lo contratan para mejorar las habilidades de liderazgo de sus empleados con mayor potencial, el 64% quieren que sus nuevos directivos tengan más probabilidades de éxito en la gestión de la compañía y el 59% pretenden ofrecer herramientas a los líderes para que resuelvan mejor los conflictos interpersonales entre los empleados.
Aunque forman parte de la misma disciplina, el coaching ejecutivo y el coaching personal son muy diferentes. Comparten, es cierto, un enfoque orientado a objetivos, y ciertas dinámicas de trabajo. Buscan, también, lograr un cambio positivo en el coachee, y consideran que el coach es un facilitador y no un instructor. Sin embargo, cuentan también con una serie de diferencias, que es posible sintetizar en esta tabla:
Coaching personal
Persigue objetivos personales.
Puede trabajar cualquier aspecto de la vida.
Cualquier persona puede ocupar el rol de coachee.
Es automotivado: el coachee busca al coach
El cliente y el coachee son la misma persona.
Coaching ejecutivo
Persigue objetivos laborales.
Trabaja únicamente el aspecto laboral-empresarial.
Solo los ejecutivos empresariales pueden ocupar el rol de coachee.
La motivación es externa: la empresa busca al coach.
El cliente es la empresa, y el coachee es el ejecutivo.
El coaching ejecutivo es una excelente inversión. Un estudio realizado por MetrixGlobal en una empresa del Fortune 500 reveló que el retorno de la inversión (ROI) del coaching ejecutivo es del 529 %. Si se tiene en cuenta su potencial para retener el personal, esta cifra se incrementa al 788 %, aunque los beneficios de este tipo de entrenamiento no terminan ahí.